Fue una noche fiera, la resaca dura hasta estas horas perras, la gente ya está dentro tomando café, escuchando la selección de música, fuera todavía nos acompaña el frío, amigo fiel, y la cabeza me está retomando de versos agrios, hoscos, salvajes, crudos. Es suficiente tener una pizca de curiosidad para que lleguen palomas a nuestras habitaciones con noticias de quien es el tal Violeta Rangel, ese poeta que huele a tierra, a bosque, a vida alejado de las bestias que son las urbes, a tiempo profundo, a un sueño con raíces blancas, esos sueños que tuvieron amigos desde hace más de cien años y hoy recobran vida en la vida de Violeta.

lunes, 19 de enero de 2009
Días perros V
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